miércoles, 8 de febrero de 2023

INSTITUCIONES INCLUYENTES

 

Las instituciones incluyentes, buscan aceptar la diversidad que existe en nuestro país. Dentro de este artículo, se mencionará lo que es ser una institución incluyente, que no solo se trata de tener una visión de integrarlos por integrar, sino que se les de su valor como persona. Con esto quiero aclarar, que la inclusión no solo se trata de personas con discapacidad o barreras educativas, sino también de personas que no tienen una economía estable y son marginadas, o personas que provienen de etnias y que en vez de estar orgullosos de las pocas etnias que nos quedan, las despreciamos. Es importante que, como docentes, comprendamos todo este tema de la inclusión y no sólo dejar la palabra en el aire. 

¿QUÉ SIGNIFICA SER INCLUYENTE?

Malú Valencia. A tiempo cercano es común escuchar que una empresa es incluyente, algún tipo de servicio o las instituciones educativas, pero ¿qué significa realmente? La inclusividad se presenta como un derecho de todas las personas y no solo de aquellos calificados con necesidades derivadas a una discapacidad.

Las instituciones inclusivas son aquellas que incentivan la participación de todos los ciudadanos en la producción económica y en la labor política.

Algunas instituciones Inclusivas en México

Secretaría de Desarrollo Social

Trabaja para construir una sociedad en la que todas las personas, sin importar su condición social, económica, étnica, física o cualquier otra, tengan garantizados sus derechos sociales y gocen de una vida digna.  Coordina la labor de otras nueve instituciones sociales que te presentamos a continuación.

 Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las personas con discapacidad

Diseña políticas públicas en favor de las personas con discapacidad, promueve sus derechos humanos, su plena inclusión y participación en todos los ámbitos de la vida. Conadis es responsable del Programa Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad.



Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías

Promueve el invaluable trabajo de nuestros artesanos para que ellos y sus familias tengan un ingreso justo. Cuenta con programas de capacitación, comercialización y apoyo a la producción.

A continuación, se presentará un testimonio de Adriana Pérez Carreón (agosto, 21, 2015) donde platica las experiencias que tuvo durante la docencia, cuando se topó con personas con discapacidad y donde se plantea la pregunta de: ¿Cómo hacer una escuela incluyente?



Testimonio de Adriana Pérez Carreón.

He tenido la fortuna de colaborar durante 18 años en procesos de inclusión educativa: como maestra frente a grupo en preescolar incluyendo niños con discapacidad; como maestra de apoyo en primaria integrada al equipo de una Unidad de Servicios y Apoyo a la Educación Regular (USAER); como iniciadora de un programa de inclusión a nivel preescolar, primaria y secundaria en escuela bicultural y escuela Montessori. Actualmente coordino tres grupos de alumnos con discapacidad que están inmersos en una escuela regular, desde preescolar hasta preparatoria.

Por lo tanto, la pregunta ¿Cómo convertir una escuela regular en una escuela incluyente? es parte de mi quehacer cotidiano y quiero compartirles algunas de mis inquietudes y aprendizajes al respecto.

La primera experiencia de lo que es la inclusión educativa la tuve siendo maestra de 3o. año de preescolar, donde una de mis alumnas tenía espina bífida y no podía caminar. Ella se movilizaba en una carriola con mi ayuda o sentada en el piso con el apoyo de sus manos. El día de la posada navideña a mí se me hizo de lo más natural tomarla en brazos para que le pegara a la piñata, en eso estaba cuando me dice muy seria: “no maestra, no me cargues, mejor bájame la piñata” Fue una sacudida a mis esquemas normalizadores, una lección de respeto y de búsqueda de inclusión. A partir de esta experiencia veo la inclusión como ese cúmulo de pequeños cambios que todos los días requerimos hacer todos los actores involucrados en una escuela, para “bajar” la piñata del aprendizaje integral a nuestros alumnos, así como ellos son, sin querer normalizarlos y al mismo tiempo ofrecerles, por derecho, el ambiente más normal posible de acuerdo a su etapa de vida.

Estos cambios requieren darse en tres pistas paralelas que, de acuerdo al “Índice de Inclusión” como nos explicaba su autor, Tony Booth, en un taller, empiezan en el cambio de pensamientos, de percepciones, que alimentan las actitudes y las acciones. La primera pista es crear una cultura de inclusión en la escuela. La segunda es determinar políticas incluyentes en la escuela y la tercera es implementar prácticas inclusivas. Cada una de estas pistas son como los tres partes del cabello que tejen una trenza, que se van cruzando, complementando, afianzando unos a otros.


1. Crear una cultura incluyente.

Aquí juegan un papel determinante las autoridades educativas. La inclusión tiene que ser una parte fundamental de la identidad de la institución educativa, con el compromiso que ello implica por parte de la dirección, los docentes, el personal administrativo y de intendencia que va permeando en todos los actores de la escuela, que va modelando, más con el ejemplo que con la palabra, quiénes somos y cómo incluimos a todos los alumnos de esa comunidad. Aquí no se trata de hacer “una experiencia, a ver cómo nos va,” ni de hacer un favor a una familia. Crear una cultura incluyente implica el compromiso de trabajar con la pedagogía del respeto a la diversidad de todos los alumnos. El foco no está en la discapacidad de los alumnos a incluir, sino en las fortalezas y retos que tienen todos los alumnos en un grupo y en las fortalezas que implica aprender con otros. Hay estudios que muestran que la diversidad es una riqueza en un salón de clases, claro, la diversidad en una cultura educativa incluyente donde se trabaja con la unicidad de los alumnos y los valores formativos que ello implica. Un ejemplo de fomentar esta cultura incluyente sería celebrar la diversidad el día internacional de las personas con discapacidad, así como una riqueza, con ejemplos concretos, no como un problema a resolver, como un alumno a normalizar.

2. Determinar políticas incluyentes.

En todas las escuelas hay políticas explícitas para la contratación de personal y para la prestación de servicios educativos. También hay políticas implícitas en el modelo educativo que ofrece la escuela, en la forma de planear de los maestros, las metodologías que se utilizan, las formas de evaluar a los alumnos, a los docentes, entre otras. En una escuela incluyente, si se ha tomado esta opción, se requiere una revisión honesta de todas ellas para ir cambiando de la exclusión a la inclusión. Determinar las barreras arquitectónicas y modificarlas es una buena política para incluir a personas que usan silla de ruedas, sin embargo, no sirven si no se pueden establecer políticas de trabajo colaborativo entre maestros de grupo regular y maestros especialistas o de apoyo. Por ejemplo, si las planeaciones grupales del mes en curso se las queda el maestro de grupo y las comparte al maestro de apoyo cuando ya se terminó el mes. O bien, si en las políticas de planeación institucional no se toman en cuenta la capacitación y la sensibilización para dar atención a grupos heterogéneos, difícilmente se darán cambios perdurables hacia la inclusión.

3. Implementar prácticas incluyentes.

Muchos cambios vienen de abajo hacia arriba en la escuela, es decir, los promueve un maestro con un alumno en un grupo que luego lo comparte a otros colegas, p.ej. un cambio en la metodología de la lectura y escritura, una maestra se abre a trabajar con un nuevo método, o un nuevo material y da resultados, entonces lo comparte, contagia el entusiasmo y va subiendo hasta oídos del director y con ello se puede incidir en un cambio en las políticas y se abona en la cultura de la inclusión, del respeto a la diversidad centrado en el contexto no en el niño. Otras veces estas prácticas vienen de los padres, que buscan, investigan, se preparan y capacitan al maestro de su hijo abriendo el panorama hacia nuevas formas de aprender, de relacionarse, de encontrar la manera de avanzar. Afortunadamente hay muchos padres que luchan, que buscan, y muchos maestros que también lo hacen.




Desafortunadamente muchas de estas prácticas se quedan a nivel de experiencias, no de políticas pues no se sistematizan, no se evalúan, no se generalizan.

Para avanzar y transformar una institución educativa de la exclusión a la inclusión, requerimos trabajar en la sensibilización, la capacitación, la comunicación asertiva, el compartir lo que sí hacemos bien, valorarnos, romper miedos y dejar de ver la diferencia como amenaza. El cambio comienza en el interior de cada uno, pues todos necesitamos de todos.

APORTACIÓN PERSONAL

Las instituciones incluyentes, no solo tratan de reducir la discriminación, sino también mostrar que existe DIVERSIDAD. Muchas veces, como docentes, nos equivocamos y caemos en la sobreprotección. El hecho de que una persona esté en silla de ruedas no significa que no pueda realizar actividad física. Ahí tenemos el ejemplo de las personas que juegan basquetbol en silla de ruedas, personas que nadan, aunque les falten extremidades y como lo dije desde el inicio del artículo, INCLUSIÓN, no se refiere a personas con discapacidad, sino también a personas que no tienen una economía estable, personas que provienen de etnias y que, al menos en la educación, son totalmente excluidos por el gobierno y por la misma sociedad, dado que solemos caer en la ignorancia. En lo personal, hace falta bastante capacitación docente para, por ejemplo, tratar con alumnos que nos manden de las sierras, que regularmente suelen tener su propio dialecto, talleres de lenguaje de señas, que las instituciones educativas tengan adaptaciones para los diferentes tipos de discapacidad y buscar la manera de apoyar a personas que no tengan la manera de estudiar. Debemos de entender que los seres humanos somos seres totalmente individuales y que, debemos de conocer nuestro contexto aúlico. Y entender también, que no es necesario para cambiar estrategias, sino adaptarlas a las características individuales de nuestros alumnos.

5 comentarios:

  1. Hola Cony! tu información esta muy interesante y es de utilidad ya que la escuela inclusiva o el ser inclusivos es un tema que en la actualidad esta en el aire.

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    1. Hola Itzel. Muchas gracias por tu comentario, la verdad que me sirve mucho. Y claro, es un tema que debe de aplicarse, no solo darlo a conocer :))

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  2. Hola! Sobre tu artículo me gustó como lo desarrollaste, una buena introducción, información clara y una buena conclusión personal, es un tema en el que como mencionaste, nos falta mucha información y capacitación, en lo personal pienso que desde ahí falla la inclusión. Solo te sugiero si aceptas el consejo, en la parte visual usar una sola fuente y estilo en el artículo. Espero te sirvan mis comentarios, saludos!

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    1. Hola. Muchas gracias por tu aportación. Tomaré en cuenta tus aportaciones, muchas gracias. Saludos, Cony :))

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  3. Hola Cony buen día, muy buenísima tu redacción, muy interesante todo, me complementaste totalmente mi idea.

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